Monday, April 03, 2006

Hubo un tiempo en que le escribia a una amante perfecta, era el tiempo cuando habia escuchado hablar del deseo.
Fue el tiempo cuando el deseo murio
Se murio
Lo deje morir
Lo dejamos morir
Entre palabras contenidas
Punos cerrados
Ojos ciegos
Oidos sordos
Comodidades perfectas
Cotidianidad
Pies frios
Caricias repetidas no sentidas
Frases hechas
Mi vida en puntos suspendidos
Pero sobretodo en palabras nunca dichas
Si tan solo las hubieses dicho
Si te hubieses puesto mis zapatos, aunque no te quedaran
Aprendere?
Aprenderas?

4 comments:

La voz said...

sospecho que el deseo no se muere, se cambia de lugar.
asi que aun cuando no se manifieste ya en el mismo lugar, encontrará donde expresarse mas adelante, ahi donde nos enseña una cosa diferente. aprender ya es otro boleto verdad?

Anonymous said...

El deseo y el amor, tan complejos y tan hermosos.

Nacen, mutan, se mueven, cambian de lugar, renacen, se duermen, despiertan, lloran, suben a las nubes, se estancan, vuelan, se mueren, resucitan, gritan, duelen, matan, dan la vida... y nunca dejan de existir.

Angel D said...

Los amantes no son perfectos, siempre creamos esa ilusion pero esas imperfecciones nos hacen vivir las mejores historias de amor.

STiRER said...

No eramos amantes...estamos dejando de ser pareja.